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GEO: el algoritmo ya cambió. Tu estrategia también debería.

Imagina esto: tienes un sitio con un diseño precioso, actualizado, con contenido valioso. Pero al preguntarle a una IA sobre el segmento en el que te especializas tu marca no aparece.

No es que hayas hecho algo mal. Es que la forma en que las personas acceden a la información está cambiando.

Cada vez más, los usuarios, en lugar de buscar en Google, simplemente le preguntan directamente a una inteligencia artificial.

Y la IA responde con un resumen preciso, enlaces cuando los hay, y una estructura clara. Una experiencia que antes requería varios clics, ahora sucede en una sola pantalla.Ese cambio tiene nombre: GEO, o Generative Engine Optimization.

Y su reto es directo: si la IA no te encuentra ni te puede usar como fuente, simplemente no existes en esta nueva lógica de búsqueda.


¿El SEO es cosa del pasado?

Durante años, el SEO —Search Engine Optimization— fue la forma estándar de hacer que tu contenido apareciera en buscadores como Google. Consistía en optimizar textos, títulos y enlaces para escalar posiciones en los resultados de búsqueda.

Pero desde que las IA generativas se volvieron parte del día a día digital —ChatGPT, Gemini, Perplexity y las que vienen— la forma de interactuar con la información ha comenzado a evolucionar. 

Ya no se trata de revisar una lista de enlaces. Se trata de recibir una respuesta directa, confiable y bien redactada.

Según un estudio de SEMrush, publicado en julio de 2025,  el tráfico que proviene de plataformas de búsqueda basadas en IA aún representa una parte pequeña del total, pero crece rápido. La investigación apunta a que este nuevo flujo podría superar al de la búsqueda tradicional hacia 2028.

Lo más interesante: los usuarios que llegan desde estas respuestas tienden a convertir hasta 4,4 veces más que los que vienen de búsqueda orgánica tradicional.

Y no es solo Google. Instagram también se está comportando como un buscador. Desde julio de 2025, el contenido público de cuentas profesionales puede aparecer en los resultados de búsqueda interna. Es decir: ahora también hay SEO dentro de las redes sociales.

Así que si tu contenido no está optimizado para este nuevo tipo de descubrimiento, simplemente no entra en juego. Y es reemplazado por lo que sí lo está. Entonces ¿qué cambia exactamente?

1. Tu sitio web ya no es suficiente. Necesitas un ecosistema

Publicar contenido en una sola página, aunque esté bien hecho, ya no basta. Las IA buscan conexiones: entre temas, fuentes y canales. Si tu contenido se mantiene solo, se pierde.

Un ecosistema digital saludable se ve más o menos así:

      • Un artículo que enlaza a otro blog, que cita una fuente externa, que conecta con tu Instagram donde hay un video relacionado.

      • Una guía descargable mencionada en otro sitio confiable.

      • Un post en redes que apunta a una landing que responde a una pregunta puntual.

    Tu sitio web debe ser parte de una red viva, no una vitrina solitaria.

    2. La autoridad ya no se demuestra, se valida (desde afuera)

    No importa cuán útil o bien escrito sea tu contenido si nadie más lo respalda. Las IA toman decisiones con base en señales externas de confianza: ¿quién más te cita?, ¿quién te enlaza?, ¿quién te reconoce?

    Ejemplo claro: puedes tener una guía brillante sobre finanzas personales. Pero si ningún medio la referencia, si nadie más la incluye como fuente, y si no forma parte de una conversación más amplia, la IA no te verá como confiable.

    No se trata de pagar por backlinks ni de forzar colaboraciones. Se trata de construir una reputación legítima en un entorno que ya no premia solo la calidad, sino también la conexión con otras voces confiables.

    3. Ya no escribes solo para humanos. También escribes para máquinas.

    Si bien, parece irónico que ahora nosotros debamos escribir pensando en cómo lo interpreta una IA, esto no equivale a sonar como un manual técnico.  Pero sí implica estructura, claridad y orden.

    Las IA no solo leen: interpretan. Y para hacerlo bien, necesitan que les des forma. Por ejemplo:

        • Encabezados claros

        • Explicaciones con contexto

        • Ejemplos concretos

        • Palabras clave que fluyen naturalmente

      Es como tener dos públicos al mismo tiempo:

          • Uno humano que quiere aprender

          • Y otro automático que necesita entenderte rápido

        Si le hablas bien a ambos, multiplicas tus posibilidades de ser citado.

        Los siguientes pasos 

        No hace falta reinventar tu estrategia desde cero. Solo adaptarla con algunas ideas prácticas:

            • Revisa tu contenido actual. ¿Está conectado con otros temas? ¿Incluye referencias externas?

            • Crea contenidos pensados para ser citados, no solo leídos

            • Fortalece tu presencia fuera de tu sitio: medios, redes, blogs, colaboraciones

            • Piensa en utilidad antes que en estilo. Las IA valoran claridad

            • Asegúrate de que tu contenido sea encontrable, enlazable y entendible — tanto por humanos como por sistemas automatizados.

          En resumen: no basta con aparecer. Hay que ser elegible. 

          La forma de buscar ya no es la misma. La forma de generar contenido tampoco debería serlo. La visibilidad hoy depende de ser citado, de estar conectado, de demostrar valor más allá de tu propio sitio.

          No es el fin del contenido. Es el fin de la ilusión de que con solo publicarlo, ya hiciste suficiente.

           

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